lunes, 23 de junio de 2008

La Letra con sangre entra

Durante el siglo pasado era muy común que oyéramos esta frase, sobre todo los que son de generaciones anteriores a los años 80's, "LA LETRA CON SANGRE ENTRA", era repetida tanto por padres como maestros y se refería a que había que golpear al niño para que aprendiera lo que se le enseñaba en la escuela y para que hiciera correctamente las tareas o deberes escolares.
Así que veíamos a algunos maestros con regla en mano, y no una regla cualquiera, sino una regla de 1 metro aproximadamente y como de unos 3 centímetros de grosor esperando a que los niños cometieran alguna equivocación para "corregir" esos errores.
Así que ya se imaginaran a algunos maestros descargando sus frustraciones con los niños, los cuales trataban de cometer el menor número de errores para no ser castigados y otros niños "rebeldes", desafiando al maestro y cometiendo errores a propósito. Y con esta manera de enseñar quien no se rebelaría, aunque claro, esto solo lo hacían los más valientes.
Pero no eran así todos los maestros, había aquellos que se comprometían con la enseñanza y hacían hasta lo imposible por ayudar a sus alumnos a entender las clases pasándose mucho tiempo con sus alumnos hasta lograr la comprensión de cada niño para con el tema expuesto.
En la actualidad aún existen esos maestros que aplican el lema de "la letra con sangre entra", aunque ya es de una manera más velada o a través de la presión psicológica para con los niños sobre todo con los más indefensos que son los pequeñitos, que tienen que ser enviados a las guarderías, o a preescolar, debido a que los padres se ven en la necesidad de trabajar ambos para lograr una adecuada manutención de su hogar.Así que lo único que nos queda en estos tiempos es estar más al pendiente de los niños, vigilando su comportamiento y ante algún cambio averiguar que es lo que está pasando, y sobre todo darle confianza al pequeñito al creerle en lo que nos cuenta. Además de mantener una constante comunicación con los niños y los adolescentes.

1 comentario:

Gabriela Monzón dijo...

Sin duda hay hoy modos más refinados en que los adultos (a veces con perversidad) imponen su manera de pensar, actuar, deciden y limitan a las jóvenes generaciones.
Soy profesora y lo veo a diario en mis colegas, intento establecer un lazo humano lo más agradable posible, aprender con el otro, no instalarme en un pedestal y desde allí "dirigir el mundo", muy tonto sería eso
Besos
Gaby